¿Te pedía yo algo tan estrafalario?
Me encontraste rendida, de rodillas, y te miré con esa mirada que decía: "por favor, si no vas a quererme, vete." Yo no quería algo increíble, sólo pedí una chance y vos respondías bien al trato que te daba... me abrazabas con fuerza tal que de verdad creí que podías dar vuelta la página, conmigo, aquí, ahora. No necesito palabras mediadoras con las que conformes mi inacabada necesidad de explicaciones, porque aunque las haya querido entre tanto ya no las quiero, y aunque te quiero prefiero dejarte ir. ¿Qué cosa tan mala te hice como para que no quisieras seguir en mi compañía? Yo sé que no querías mentiras, ¿pero qué mentira había si yo nunca mentí y tu verdad yo ya la sabía? Si yo sabía que no ibas a ser completamente mía desde el día que te besé por primera vez. Me dolés tanto.
Y no estaré enamorada de vos, ni de nadie, pero te estimo lo suficiente como para saberme amarga por el asunto, que vivimos en un mundo en el que todos son difuntos... no biológicamente, pero sí en el alma.
¿Qué cosa tan mala te he dicho como para que trivialices lo que digo? Y elegís ignorarme, está visto.
Yo no te pedía algo tan estrafalario, sólo quería una mordida de ese cariño.
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