Rastros

lunes, 30 de enero de 2012

No cambio.

He escuchado muchas mentiras, siempre me gustó la ciencia ficción y la emoción de actuar. Por esto fue que elegí la mentira de hacer reír, de creerme un papel a cambio de una sonrisa.
La mejor de las mentiras, me la regalaste para reyes, que hoy comprendo... yo puedo entender que tu modo de vida es otro, que mi forma de ver la vida y el amor a vos no te tocan. Pero yo no cambio. Nena, habré fracasado en mi intento de hacerte cambiar de opinión y que pudieras sentirte amada sin que te sintieras atada, sé que quizás no soy tan emocionante como mil noches de sexo con mil extrañas diferentes pero lo que yo tenía para ofrecerte es parte de lo que soy.
Yo quería entre varias cosas, tenerte en exclusiva y darte las llaves de mi VIP. Quería hacerte el amor a vos y luego resistirme al sexo frívolo con otras mujeres por ahí. Yo no te pedía catorces de febrero, ni que me pusieras a mi en las cosas que son primero, pero las dos tenemos diferentes conceptos.
Vos querés tu libertad y yo que me mantuvieras presa en tu pecho.

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